¿Las playas más limpias de Sudamérica?
América del Sur se encuentra plagada de playas increíbles y perfectamente mantenidas. Conoce cuáles son las más cuidadas.

Descifrar qué país tiene las playas más limpias de Sudamérica puede resultar algo difícil ya que la situación ambiental de los distintos territorios suele ir cambiando a lo largo del tiempo.
Sin embargo, desde 1987 la fundación internacional Blue Flag (Bandera Azul) se encarga de distinguir a aquellos sitios que cumplen con una serie de condiciones vinculadas al cuidado del planeta y la educación. Y la limpieza entra dentro de sus criterios de selección.
En este marco, podemos decir que Brasil es el país de América del Sur con más playas en buenas condiciones.
Esto incluye los caminos, los estacionamientos y los accesos. “No se debe permitir que se acumule basura”, recalcan desde el organismo.
Además, la limpieza debe llevarse a cabo teniendo en cuenta el cuidado adecuado de la flora y la fauna locales, estando el uso de insecticidas o productos químicos para limpiar la arena o el entorno circundante completamente prohibido.
De esta manera, si los propietarios u operadores de playas obtienen el derecho a exhibir la Bandera Azul significa que han cumplido con una serie de estrictos criterios ambientales, educativos, de seguridad y accesibilidad al momento de la concesión.
Luego, tienen la responsabilidad de garantizar su cumplimiento continuo.
A continuación, haremos un repaso por algunas de las playas que integran el selecto grupo de Blue Flag, ofreciendo no solamente playas limpias y bien cuidadas sino también comprometidas con el cuidado del planeta, la educación y la seguridad.
Playa de Patacho
Como si el hecho de estar casi desierta, tener aguas transparentes, llamativos cocoteros y arenas blancas no fuera suficiente, la Playa de Patacho cuenta con un condimento extra: cuando la marea baja, se forman extraordinarias piscinas naturales mar adentro.
Todo esto la vuelve una de las playas más increíbles de Sudamérica, ideal para quienes buscan romper con la rutina y establecer contacto con la naturaleza en un marco de paz y tranquilidad.
A pesar de ser de fácil acceso, este espacio ubicado al norte de Alagoas es poco frecuentado.
A su vez, no posee tiendas o bares, por lo que, en caso de visitarlo, resulta conveniente llevar sombrilla, comida, agua y todo lo necesario para una estadía confortable.
Playa de Guarajuba
Situada en la costa norte de Bahía, en el Distrito de Camaçari, la Playa de Guarajuba era originalmente un pueblo de pescadores y sigue siendo hoy en día un destino muy elegido por los aficionados a la pesca y el buceo.
Se trata de un espacio casi privado, ya que se encuentra rodeado de lujosos condominios construidos frente al mar, cuyos propietarios disfrutan asiduamente del agua cristalina y calma, la arena suave y las paredes de coral, hogar de cangrejos, peces, erizos y otros animales.
Este paraíso, cuyo nombre significa “garza dorada” en tupi-guaraní, está situado a aproximadamente 42 kilómetros de Salvador y al sur de la Praia do Forte.
Y si bien está dentro de las playas certificadas por Blue Flag, lejos de ser desértica cuenta con restaurantes, puntos comerciales y una gran variedad de actividades.
Playa de Ponta de Nossa Senhora de Guadalupe
Entre el Morro Nuestra Señora de Guadalupe y el Outeiro dos Carneiros se encuentra la Playa de Ponta de Nossa Senhora de Guadalupe, una de las más elegidas de Ilha dos Frades por las características del mar: es de aguas tranquilas, transparentes y cálidas.
Con una gran franja de bosque nativo, este territorio pertenece a un Área de Protección Cultural y Paisajística (APCP) y es visitado por miles de turistas los fines de semana.
Además de sus bondades naturales, posee un mirador con acceso al faro y a la iglesia de la Virgen de Guadalupe, construida por los portugueses en el siglo XVII y recuperada en 2007 por la Fundación Baía Viva.
Playa da Sereia
Una barrera de arrecifes de corales, una piscina natural y un mirador que permite obtener una vista espectacular del terreno convierten a Playa da Sereia en una de las más famosas de Alagoas.
También de arenas blancas y mar calmo, este lugar invita a la práctica de deportes náuticos y largas tardes de nado y recreación.
La infraestructura es bastante básica, por lo que es recomendable ir equipado si se quiere permanecer por varias horas.
El sitio es conocido además por el "Mirante de la sirena", una estatua que se erige sobre los arrecifes creando un ambiente aún más atractivo y mítico.
Praia do Peró
Praia do Peró no es de las más visitadas por los turistas pero sí por muchos brasileños.
Es posible llegar a ella en transporte público, suele tener un oleaje moderado y el agua no es tan cálida como en los casos anteriores, aunque sí cristalina.
A diferencia de otros espacios de Cabo Frío, zona a la cual pertenece, en este lugar se respira tranquilidad, relax y naturaleza.
De todos modos, en los alrededores pueden encontrarse hoteles y restaurantes.
Se trata de un sitio poco urbanizado, elegido sobre todo por pescadores y por quienes desean alejarse del centro de la ciudad, ubicada a unos ocho kilómetros.
Sin dudas, ¡es otro tesoro que podría entrar en el top 10 de playas de Sudamérica!
Praia da Reserva
Conocida también como Reserva Beach, este destino se ubica a 40 kilómetros de Río de Janeiro y es considerado un área protegida de Brasil.
Sus grandes olas atraen a deportistas acuáticos y, además, es posible ver allí nudistas.
Vale aclarar que el transporte público no llega hasta allí y tampoco hay aparcamientos cercanos, por lo que es aconsejable arribar en taxi.
Asimismo, el lugar tampoco cuenta con cafés ni restaurantes, sino que sus verdaderos atractivos son sus senderos y la soledad que garantizan, difícil de encontrar en muchos otros sitios atestados de turismo.
Prainha (Praia da Saudade)
Más conocida como Prainha, la Praia da Saudade es muy codiciada por los surfistas debido a sus grandes y características olas durante todo el año.
De hecho, allí se organizan diversos campeonatos que reúnen a exponentes del deporte asiduamente.
Además del oleaje, el lugar cuenta con acantilados rocosos en los que es posible recorrer senderos y disfrutar de una vista panorámica única.
Otro de sus puntos fuertes es la vida nocturna: con una gran cantidad y variedad de bares y restaurantes, ofrece noches verdaderamente divertidas para aquellos amantes del baile, la música y la fiesta.